Esta noche me apetece escribirte, amor.
Me siento con ganas de contarte algo, a pesar de los cientos de folios que rondan por el escritorio. No es lo único que ronda por la habitación. Hay miles de recuerdos en el suelo. Un cuaderno y una foto rota en algún mal día.
No sé por qué en momentos así me acuerdo de ti. Y me cuesta decirlo, pero te echo de menos. Tampoco sé porque he abierto tu cuaderno. Ahora se presenta la tormenta, no sólo en Madrid. También en la habitación cuarenta y siete del tercer piso. En el borde de tus parpados arden los recuerdos. Te quemas, te hielas por dentro. Te haces pequeñita en cada palabra que lees y en cada momento que recuerdas. Los pétalos de una noche de adiós a la inocencia, las cartas de "feliz cumpleaños mi vida, otro año más estoy aquí". Y la última hoja que dice que te has ido, pero que espero que algún día regrese alguien como tú.
Que sí, que soy una egoísta. Pero te echo de menos. A ti, o al amor. En eso ya,dudo un poco... ¿Sabes? Dicen que en las ciudades grandes hay más de todo, pero yo ya he dejado de creer en eso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario